Los detalles técnicos siempre van primero.
Si eres un arquero experimentado, sabes que cada disparo revela tu nivel pero el rendimiento máximo solo se alcanza cuando tu equipo está a la altura de tu precisión. Y eso incluye las varas de flechas.

 

Como bien sabemos, las flechas son tubos cilíndricos, generalmente con peso en la parte frontal y propulsadas desde la parte trasera.

 

Al dispararse, la fuerza repentina y extrema - alrededor de 523 Gs de aceleración - hace que la flecha se flexione al salir.

 

 

Y aquí hay algo crucial: la parte de atrás se mueve primero. La punta se mueve al final. En ese diminuto lapso de tiempo, la forma en que tu flecha se flexiona puede determinar dónde impacta… y si ese disparo acierta o falla.​​

 

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Cada tubo de fábrica se dobla de forma distinta. Por eso, nuestro trabajo es identificar exactamente dónde lo hará. Cada flecha tiene una espina débil - la dirección en la que naturalmente se flexiona bajo presión.
Si esa dirección varía de una flecha a otra, los agrupamientos se vuelven impredecibles y la consistencia se pierde.

 

Sabes dónde comienza tu flecha. Sabes a dónde quieres que llegue.

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¿Pero sabes cómo se comporta en el instante exacto en que es liberada? Ahora, sí lo sabrás.